PEKÍN, China.- Las calles de las principales ciudades chinas estaban inquietantemente tranquilas porque la gente se quedó en casa durante el fin de semana, para protegerse de un aumento de los casos de covid-19, que afecta a los centros urbanos de norte a sur.
China se encuentra en la primera de las tres oleadas de casos de covid previstas para el invierno boreal, según el epidemiólogo jefe del país, Wu Zunyou. Habrá nuevas a medida que la población siga la tradición de regresar a sus lugares de origen por las vacaciones del Año Nuevo Lunar, el mes que viene.
China no ha notificado ninguna muerte por covid desde el 7 de diciembre, cuando puso fin abruptamente a la mayoría de las restricciones de una política de tolerancia cero al covid luego de que se desató una ola de protestas públicas sin precedentes. La estrategia había sido defendida por el presidente Xi Jinping.
Como parte de la relajación de las restricciones, se ha puesto fin a las pruebas masivas de detección del virus, lo que pone en duda que las cifras oficiales de casos puedan reflejar toda la magnitud del brote. China notificó unos 2.097 nuevos casos sintomáticos de infección por covid, el 17 de diciembre.
En Pekín, la propagación de la variante ómicron, altamente transmisible, ya ha afectado a servicios que van desde los restaurantes hasta el reparto de paquetes.
Las funerarias y crematorios de esta ciudad de 22 millones de habitantes también están tratando de sostener el ritmo de la demanda debido a la escasez de personal y a las bajas por enfermedad de trabajadores y conductores.
En la mayor funeraria de Pekín, situada en Babaoshan, también conocida por ocuparse de los cadáveres de altos funcionarios y dirigentes chinos, se veían entrar el domingo varios coches fúnebres por minuto, mientras que la zona de aparcamiento para coches particulares también estaba llena.
“En estos momentos es difícil reservar una carroza fúnebre, por lo que muchos familiares transportan el cuerpo con sus propios vehículos”, dijo un empleado bajo condición de anonimato.
Salía humo de los crematorios, donde se reunían grupos de personas para recoger las cenizas de los fallecidos. No estaba claro de inmediato hasta qué punto el aumento de muertes relacionadas con el covid era responsable.
Los mensajes en las redes sociales también mostraban metros vacíos en la ciudad de Xian, en el noroeste de China, mientras que en Shanghái, el centro comercial del país, no había nada del bullicio habitual en vísperas del Año Nuevo.
En Chengdu, las calles estaban desiertas pero los tiempos de entrega de alimentos estaban mejorando, dijo un residente apellidado Zhang, después de que los servicios empezaron a adaptarse al reciente aumento de casos.
Sin embargo, todavía era difícil conseguir kits de pruebas de antígenos, dijo, explicando que le habían dicho que se habían desviado a los hospitales. (Reuters)